Un reciente informe publicado por el Banco Estadounidense reveló un fenómeno de interés: en un contexto de expectativas de que la Fed vaya a implementar una reducción de las tasas de interés, la desesperanza sobre el rumbo del dólar se ha incrementado significativamente en los inversores. Según su encuesta mensual de sentimientos, la proporción de personas que creen que el dólar se debilitará alcanzó un 23%, cifra que es la más alta desde el inicio del año, mientras que en julio solo representaba el 8%. Es importante destacar que, a pesar de que este año el dólar ha mostrado buen rendimiento en comparación con la mayoría de las monedas de G10, los recientes movimientos del mercado sugieren que su fortaleza podría estar llegando a su fin. Esto se debe a una serie de datos que indican una disminución del impulso económico de Estados Unidos, sumado a la subida de expectativas de que la Fed pueda implementar una reducción de tasas de interés de mayor magnitud. Estos factores combinados han presentado una dificultad para el auge del dólar.