En un hito histórico, Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido acordaron recientemente un acuerdo que marca la pauta para el desarrollo global de la inteligencia artificial (IA). Este tratado tendrá un impacto significativo en las regulaciones de la IA en todo el mundo, centrando su contenido en fortalecer los sistemas de regulación con protección a los derechos humanos y mecanismos de responsabilidad. El tratado establece claramente que los derechos humanos y los valores democráticos deben ser principios fundamentales para guiar el funcionamiento de los modelos de IA tanto en el sector público como privado. Como primer documento internacional específico sobre IA, este tratado proporcionará una guía importante para la cooperación y la gestión en el campo de la IA entre los países. Se establece que cualquier daño o trato injusto causado por un sistema de IA debe tener responsabilidad legal. Además, resalta la importancia de respetar los derechos civiles de igualdad y la privacidad, y proporciona a las víctimas de la violación de sus derechos por IA vías legales. A pesar de esto, actualmente faltan medidas de fortalecimiento específicas y mecanismos de implementación, siendo dependiente de los métodos de supervisión para asegurar el cumplimiento del tratado.